En Chile, un estudio realizado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el Servicio Nacional de Menores (Sename) estimó en 3.719 la población Infanto -Adolescente utilizada en esta forma de explotación. Casi el 80% de ella está constituida por mujeres, siendo los 12 años el promedio de edad de inicio en el comercio sexual.

Detrás de la práctica del comercio sexual infantil y adolescente existe un mercado conformado por adultos que lucran con el cuerpo de niños y niñas, sometiéndolos a traumáticas experiencias que demoran años en ser reparadas.